Carla Simón vuelve con peso a la escena cinematográfica tras el exitoso y emotivo Estiu de 1993. La directora catalana acerca la vida rural al público con Alcarràs, una película donde se da voz a un mundo que lleva muchos años silenciado.

Alcarràs es una familia y sus tierras. Alcarràs es un contrato firmado a la vieja usanza y una carrera a contrarreloj con final doloroso. Alcarràs es un pequeño pueblo de la provincia de Lleida, limítrofe con Aragón. Alcarràs es un relato atemporal visto desde ojos contemporáneos. Alcarràs es una historia ficticia, pero podría ser el día a día de miles de familias que habitan en la geografía española.
Rogelio Solé firmó de palabra las tierras que su familia lleva cultivando durante tres generaciones. Ahora, tras muchos años de grandes alegrías, unas excavadoras llegan a la propiedad y una carta a la casa. A finales de verano, dichas hectáreas se convertirán en un gran parque de placas solares.

Toda la familia, incluidos los más pequeños, se dedican en cuerpo y alma a recoger la última cosecha de melocotones que las tierras van a ofrecer. Una vez entrados en septiembre, tendrán que decir adiós a su única fuente de ingresos, a sus campos, a su historia.
Quim, el patriarca de la familia e hijo mayor del ya envejecido Rogelio, ve cómo se desvanece todo aquello por lo que ha trabajado durante años. Hace sufrir a su familia. Pierde los nervios más de una vez y lucha contra su propio cuerpo, que le pide un descanso. Quimet está perdido y se niega aceptar una realidad que parece inevitable.
Alcarràs, además de ser la historia de los Solé, también es la de la familia de la directora, que, con la muerte de su abuelo, siente que también se van las tierras que él cultivaba. Es íntima, personal y con una gran carga de crítica social. Con ella ganó el Oso de Oro del Berlinare el pasado mes de febrero y batió un hito histórico en nuestro cine. Carla Simón es la única mujer española en hacerse con dicho galardón, uno de los más cotizados en el mundo cinematográfico de la escena internacional.

Tras meses de espera, la obra de una de las mujeres llamadas a revolucionar el cine español al fin ha llegado a la gran pantalla y lo ha hecho por la puerta grande. Los cines, que en su mayoría la proyectan en su versión original, en catalán, han presenciado cómo por sus salas desfilaba público de todas las edades. Alcarràs ya es la segunda película más taquillera en su fin de semana de estreno y se corona como el mejor estreno del año en el panorama español.
250 cines recibieron una copia, pero la primera sala que se llenó fue la del casino de Alcarràs. 950 personas acudieron al preestreno de la cinta rodada en su pueblo. Aplaudieron durante 8 minutos. La ovación no solo fue para la obra de Carla, también aplaudieron en memoria de aquel mundo que poco a poco se está esfumando.