
Del 14 al 20 de marzo se celebró la décima edición del Festival de Cinema de Terror de Sabadell. La fundación Caixa Sabadell, el Cine Imperial o la Sala Estruch albergaron, durante una semana, numerosas actividades ligadas con el género de terror: maratones de clásicos del género, presentaciones de libros, la proyección de los cortometrajes de terror presentados al festival y otras muchas actividades más.
49 piezas audiovisuales fueron presentadas a dicho certamen. Todas ellas tenían una estrecha relación con el género, pero muchas de ellas iban más allá de la regla preestablecida. Los creadores de estos supieron jugar con el argumento y con el lenguaje audiovisual para otorgar diversos significados a sus obras, más allá de la relación directa con el terror. Este fue el caso de Alcanzar el Vórtice, que se coronó como mejor cortometraje en el concurso organizado por el Festival de Cine de Terror Sabadell.
En Arritmo hemos tenido el honor de hablar con el director, Pedro Poveda, que nos ha contado de primera mano las claves del corto ganador de la décima edición del festival.

Poveda, al ser preguntado por la categorización de su pieza, explica que para él es muy difícil una etiqueta de género, ya que dice que orbita entre el terror, la ciencia ficción, el humor y hasta el drama. Se podría decir que Alcanzar el Vórtice juega con diversos géneros, y eso es lo que le otorga un valor especial. Poveda mezcla los extraterrestres con el techo de cristal y la discriminación en general. Tarea difícil, ¿verdad?
Un extraterrestre aterriza en la tierra por error y le arrebata el cuerpo a un “terrícola”. Para volver a su planeta, debe alcanzar el pico más alto de un edificio, sede de una prestigiosa empresa. Cuando se da cuenta de que con el cuerpo que ha “robado” no puede acceder a él, ya que no es trabajador de dicha empresa, se cambia de “envoltorio“. Esta vez se mete en el cuerpo de una mujer que sí trabaja en el edificio. A medida que se va relacionando con su entorno se da cuenta de que es imposible llegar a la última planta del edificio. Sus compañeros usan el término “techo de cristal” para referirse a esta problemática. El “alienígena” no sabe qué significa, ni tampoco sabe que es ser mujer. Ante la imposibilidad de conseguir su objetivo con dicho cuerpo femenino, decide volver a cambiar su imagen. En este caso adopta el cuerpo de lo que él describe como “hombre caucásico con formación“. Con esta nueva imagen sí consigue llegar a la última planta, donde está el portal para volver a su planeta, pero una vez experimenta la vida del alto mandatario de la empresa – fiestas, masajes, lujos, etc. – decide no volver para seguir con dicha vida privilegiada.
El director expone que la idea inicial era denunciar todo tipo de discriminaciones – físico, género, edad, procedencia – y que el punto de vista más “feminista” surgió sobre la marcha. El “cuerpo 2”, tal y como lo nombra Poveda, es el que ayuda a enfatizar el mensaje de crítica social.

Él define al protagonista como un “alien-parásito” y afirma que les dio mucho juego para plasmar la idea que tenían en mente, poniendo énfasis en el punto de vista externo y extremo del extraterrestre. El director explica que dicha construcción “ayuda a visibilizar el absurdo de muchas situaciones cotidianas“.
Poveda y su equipo usaron dicho proyecto para “disfrutar”, ya que normalmente realizan spots publicitarios y querían realizar una ficción propia. Desarrollaron y produjeron la idea centrándose en la sencillez y la practicidad, puesto que tuvieron que realizarlo en paralelo a sus otros “encargos”. El director define Alcanzar el Vórtice con la palabra “sobriedad“, ya que fue lo que caracterizó a la planificación. “No queríamos nada de adornos” y apostaron por “un trabajo sencillo y con pocas pretensiones, con la finalidad de entretener”.
“Las soluciones ingeniosas y la creatividad” son las principales claves para desarrollar un corto con poco presupuesto, como es el caso de Alcanzando el Vórtice. Poveda explica que este fue la principal dificultad a la hora de producirlo. “Teníamos que rodar muchas escenas en 2 días; cuando uno cuenta con presupuesto cuenta con tiempo, siempre van de la mano. Aquí, ni una cosa ni otra.”

A pesar de contar con bajo presupuesto, el corto no solo ha salido ganador en Sabadell, también se ha presentado a bastantes festivales de los cuales, según afirma Poveda, “poco a poco ya van llegando selecciones”. El director achaca la buena acogida a la firme planificación de distribución.
Alcanzar el Vórtice, como otros cortometrajes que fueron proyectados durante el festival, es un claro ejemplo de que el terror y la ciencia ficción son géneros totalmente válidos para transmitir mensajes que van más allá de lo preestablecido. Alcanzar el Vórtice no solo entretiene, sino que ayuda a visibilizar, más si cabe, situaciones e ideas normalizadas en la sociedad actual.