Frente a los problemas, existen únicamente dos salidas: aceptar o resignarse. El mismo Andrés Suárez lo dijo: “Había dos caminos completamente opuestos para salir de lo que todos los aquí presentes llevamos encima desde marzo del 2020. Uno, el melancólico, triste, derrotado y oscuro. El otro: este disco”. El gallego ha conseguido destilar luz de la oscuridad, evitar el derrotismo que ambienta las mentes desde el estallido de la pandemia y alzar su grito hacia unos oídos que hace ya tiempo se niegan a escuchar.
De este “todo al rojo” por el que apuesta Andrés nace ‘Viaje de Vida y Vuelta’, un disco de diez canciones que narra la historia del cantautor triste que se convirtió en libertad.
De la guitarra triste al sonido maduro
Es muy fácil recordar, para quien haya ido a un concierto de Andrés, haber escuchado la frase “es que los cantautores no hacemos canciones felices” salir de su boca. Cómo cambian las cosas. Del cantautor tristón que llevaba su famosa morriña inscrita en la voz ha nacido ahora el artista optimista, el que cambia el mundo solo con su forma de verlo.
Este cambio, sin embargo, no viene solo, sino que llega acompañado de melodías y sonidos mucho más maduros, tal vez menos crudos. El gallego ha dejado un poco de lado aquel formato cercano al acústico -clásico del estilo cantautoril- para dejar paso al sonido producido, cuidado, detallado y mucho más asentado. Gran parte de la culpa la tienen, por lo tanto, Tato Latorre, Pablo Cebrián y Ricky Falkner, los tres productores que han trabajado con Andrés en ‘Viaje de Vida y Vuelta’. Esta evolución -casi maestría reposada- ya se adivinaba con el sonido de ‘Andrés Suárez’, su anterior disco, y ha acabado por definirse en su último trabajo.
Volver al amor
‘Viaje de Vida y Vuelta’ es un manual de instrucciones para volver a ver la luz en medio del desastre. Andrés invita a todo el que se atreva a escucharlo a ponerse sus gafas y ver el mundo a través de sus canciones. ‘VALIENTES’, como ya ha contado en algunas entrevistas, nace de una historia de superación de un paciente con Parkinson, de esas historias con las que uno aprende a apreciar lo que de verdad tiene. ‘PIENSO EN TI’ es una canción de amor como solo el gallego sabe hacerlas: de amor por la vida, de amor consciente, de amor post-pandemia, del amor de la nueva normalidad.
En cambio, ‘NO TE QUIERO PERDER’, es una segunda historia, otra declaración de amor, una promesa: luchar por y contra todo, hacer del esfuerzo la magia y el amor. Y ‘SERÁ’ es la consecución de un amor declarado, es el querer a otra persona con todo lo que ello conlleva: envejecer, discutir, pelearse… Lo que sea, pero juntos.
‘MORAIMA’, por otro lado, es un tema tierno, con una finura y calidez que eran desconocidas en la voz del cantautor. La canción, cuyo nombre es recurrente en el trabajo de Andrés (tiene un disco y unos estudios llamados Moraima), es un canto tímido de amor a una familia que no llegó nunca: de ahí la ternura y la delicadeza de la canción.
Un ‘Viaje de Vida y Vuelta’ para cambiar el mundo
Frente a la injusticia -que todos intuíamos ya, pero que acabó por desvelar la pandemia y sus consecuentes e interminables crisis-, el cantautor ha decidido responder con amor. En ‘NUESTRA GENERACIÓN’, ‘POR NO DECIR TU NOMBRE’ y ‘TERESA Y ANDRÉS’ sobre todo, Andrés escribe a todo el odio que inunda el mundo -y que muchas veces ha acabado por salpicarlo- con canciones cálidas que puedan reconciliarlos.
‘NUESTRA GENERACIÓN’ es un grito crudo y desesperado, pero camuflado en una melodía clara, alejada de lo oscuro. En este tema, Andrés esconde su denuncia en la letra, no en su ritmo. En cambio, ‘POR NO DECIR TU NOMBRE’ es un abrazo lleno de compasión a los haters, un ejercicio de comprensión y contraataque con una máxima clara: contra el odio, amor y verdad. Finalmente, ‘TERESA Y ANDRÉS’ es un tema que nace de la admiración del gallego hacia sus padres, que lo dieron todo por construir el mundo que ahora él disfruta. Ya durante la pandemia alababa el trabajo de su madre como enfermera, pero ha decidido ir ahora más allá y dedicarles a “mamá y papá” la canción que siempre han merecido.

El desamor en ‘Viaje de Vida y Vuelta’
A pesar del optimismo, la vida no está exenta del sufrimiento o el dolor. Y Andrés sigue siendo un cantautor -de esos a los que es más fácil romper el corazón-, así que el desamor no podía faltar en este disco. Sin embargo, a diferencia del resto de trabajos del gallego, esta faceta del sentir no es la protagonista en ‘Viaje de Vida y Vuelta’. ‘HERBEIRA’ y ‘HAMADA’ son tal vez las más cercanas a un corazón dolorido. La primera canta a una historia de amor que nunca se llegó a dar, suplica a la persona amada el amor que no llega. Una morriña acentuada por las tierras gallegas, a las que también pertenecen el tema y su compositor.
En cambio, ‘HAMADA’ es tal vez la canción más dura de ‘Viaje de Vida y Vuelta’, pues habla de cómo una sola consonante, el pequeño error catastrófico de la H, cambia el sentido de una palabra y, por ende, de su historia. Una hamada es un terreno rocoso y desértico, juego de palabras que Andrés ha aprovechado para mandar un mensaje claro: lo que no se cuida -la amada– se seca y se convierte en un páramo desértico -la hamada-.
Firmas y una nueva gira
Otro de los fortísimos deseos del cantautor gallego era el de volver a abrazar a aquellos que lo apoyan y dan sentido a su trabajo. Por ello, ha organizado varias firmas por algunas de las ciudades más importantes del país.
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Además, tiene preparada toda una gira que dará el pistoletazo de salida en Ourense el próximo 20 de abril. En su web oficial puedes consultar todas las fechas y adquirir tus entradas. Pero corre, porque vuelan.
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