El Bilbao Arena se rinde ante las ‘Mil batallas’ de Malú

Malú Mil Batallas
Fotógrafo: Javier Cintas @javiercintas_
La fuerza de Malú atrapó a todos los asistentes, en un show digno de una de las mayores artistas del país. Mil Batallas Tour se citó con la ciudad de Bilbao en una noche plagada de emoción y alegría, para la que los fans esperaron durante varias noches por ocupar los mejores lugares.

“¡Bilbao, nos vemos muy pronto!”. Con estas palabras se despidió Malú, en noviembre de 2018, de los asistentes a la última cita de la cantante con esta ciudad. La lesión que sufrió y su posterior maternidad retrasaron ese regreso. Por fin, el pasado 10 de septiembre, se celebró el reencuentro entre el Bilbao Arena y “la jefa”, apodo con el que la conocen sus fans. Las tres noches de cola a la intemperie que pasaron algunos de sus seguidores para disfrutar de ella en primera fila disipan cualquier duda sobre el fervor que la artista arrastra aún, tras más de veinte años de trayectoria.

A minutos de comenzar el show, como parte de su gira Mil Batallas, miles de personas ocupaban el recinto para disfrutar del espectáculo. Eran exactamente las 21:00 cuando, tras una cuenta atrás improvisada por parte de los asistentes, se apagaron las luces y, con la puntualidad que le ha caracterizado durante toda su carrera, Malú apareció en el escenario.

Un torbellino sobre el escenario

Ingobernable’, el tema que inaugura el show, es una declaración de intenciones en toda regla. “Llueve sobre mí, pero soy impermeable”, reivindica la artista, que en los últimos años ha sufrido una especial presión mediática y social. Unas pocas canciones después, Malú da la bienvenida a todos los asistentes y recuerda su tradicional promesa: conseguir que durante las próximas dos horas se esfumen los problemas gracias a la música.

Uno de los momentos más emotivos del concierto llega con el primer medley, en el que tienen cabida temas que hace años que habían desaparecido de su setlist. Es el caso de ‘Duele’, publicada en 1999, como parte de su segundo disco. ‘Siempre tú’, ‘Me quedó grande tu amor’, ‘Te conozco desde siempre’ y ‘A esto le llamas amor’ completan la selección.

Malú en el Bilbao Arena

A diferencia del primer show de la gira, celebrado en el WiZink Center de Madrid, en esta ocasión no había una gran fuente en la pista ni cañones de fuego en el escenario. Sin embargo, la presencia de Malú y su banda llena el escenario de tal manera, que no se echa en falta. Entre golpes de melena, solos de saxofón y juego de luces, el público no pierde la sensación de tener delante a una artista consagrada, con el nivel que merece un espectáculo de esas características. La respuesta de los asistentes es apabullante. En cada canción, se unen miles de voces al mismo son, con la emoción que solo una artista con ese nivel de complicidad con su público es capaz de conseguir.

Grandes clásicos, como ‘Ahora tú’ o ‘Que nadie’, también tienen presencia en esta decimoquinta gira de Malú. Llama la atención cómo las actuaciones en directo de algunos temas, entre los que destaca ‘Quiero’ o ‘No voy a cambiar’, transmiten emociones muy distintas a su versión de estudio, lo que hace de este show una experiencia única para cualquier aficionado a la cantante.

Emoción en estado puro

El segundo medley llega en la última hora de concierto, con un tono mucho más íntimo. Si la artista deslumbra en los temas más cañeros, no lo hace menos cuando se sienta en un taburete y permite escuchar su voz casi desnuda. Sin artificios, incluso parece lucir mucho más. Su voz, ya con una madurez ganada a pulso, llena cada rincón del recinto en el que actúe, sin importar su tamaño. Es el ejemplo perfecto de fusión entre la más absoluta corrección y la más desgarradora emoción.

Malú en el Bilbao Arena

Como si de una montaña rusa se tratara, el show recupera el tono más rockero, justo antes de atravesar el corazón de los asistentes con la presentación del tercer y último medley. En él, interpreta dos canciones cruciales para su vida. Con ‘Aprendiz’, comenzó su carrera musical y con ‘Tejiendo alas’, canción que dedicó a su hija Lucía antes de que naciera, comenzó su vida. Así lo explica la propia Malú, ante los ojos brillantes de sus fans que la miran tan conmovidos como orgullosos.

Poco después, llega uno de los momentos más esperados del concierto. Suenan los primeros acordes de ‘Blanco y negro’ y la artista apunta el micrófono hacia el público, al que cede el honor de interpretar este himno. Al terminar, Malú agradece la asistencia. “Quiero pasarme toda mi vida viniendo aquí a cantaros“, confiesa justo antes de gritar un emocionado “Muchas gracias”, entre vítores y gritos de apoyo.

Como ya es tradición, el show finaliza con ‘Como una flor’. La conexión y complicidad que existe entre la artista y sus seguidores se palpa a lo largo de todo el concierto, a través de sus gestos e interacciones, pero es esta canción la mayor muestra de esa unión. Malú, la banda y el público se coordinan para bailar la misma coreografía mientras alzan su voz con esta oda a la libertad y al amor. Con este broche, termina una velada inolvidable para todo el que tuviera el placer de disfrutar en directo de un animal escénico como Malú. La artista demuestra, una vez más, que ha nacido para subirse a un escenario y ni siquiera mil batallas pueden alejarla de él.