Taburete está de estreno con su quinto álbum de estudio, ‘Matadero 5’, y es que hoy por fin ve la luz el proyecto en el que la banda liderada por Willy Bárcenas y Antón Carreño llevan trabajando el último año y medio.
Este disco rompe con todo lo anterior para sumar nuevos ritmos, y dejar así atrás los melódicos sonidos de ‘La Broma Infinita’, el anterior álbum del grupo. Dentro se esconden cuatro colaboraciones de lujo: José Mercé, Dúo Dinámico, Miguel Campello y la triple colaboración junto a Omar Montes y La Húngara, que va a sorprender a todos los que la escuchen.
La particular discoteca de ‘Taburete’
Que no pare la fiesta es la máxima de Taburete, y es que son los abanderados del buen rollo y aquí lo demuestran de nuevo, con el ‘Dúo Dinámico’ como invitados de lujo, y es justo esta una de las cosas que más ha sorprendido al público, esa aparición estelar de aquellos que cantan a todo pulmón “el guateque va a continuar”. Y es que sí, no queremos que pare nunca.
Entre trompetas, un ritmo de batería que no sacarás fácilmente de tu cabeza y frases pegadizas, la banda te invita a disfrutar de la vida y a celebrar y es que este tema es perfecto para cerrar por todo lo alto cualquier fiesta que se precie. Porque aquí hay mucho de la experiencia que Antón y Willy tienen de cerrar las discotecas y de qué les gustaría escuchar para rematar una buena fiesta y, con todo eso, han conseguido la canción perfecta para ello.

‘Cuando se apague la luz’, es en ese momento cuando empieza la magia y es que así empieza el álbum más ilusionante y distinto de la banda. Esta canción es posiblemente la más diferente del disco y creo que la que más se va a disfrutar en el directo; ‘Nostalgia’ la comparten con José Mercé y en ella se ponen flamencos y en ‘Hasta Desmayarnos’, a través de un melódico pop y unas cuantas trompetas, nos invitan a hacer todo aquello que queremos hasta que no podamos más. En ‘Guadalquivir’ nos lleva al lugar correcto de forma canalla y muy pegadiza, hace que lo apostemos todo y que lo hagamos por aquellos que queremos, mientras que ‘Camarón’ llega rompiendo con todo lo establecido, y lo hace junto a La Húngara y Omar Montes, que se suman a una canción canalla, en la que se pone de manifiesto cómo la música amansa a las fieras y más si fusionamos el pop-rock, el flamenco y el género urbano.
“Mátame mañana, déjame vivir esta noche”.
‘Botines’ arranca con un rasgueo de guitarra y nos cuenta de cómo a veces a través de la música encontramos nuestro camino, ‘Penúltimo Beso’ junto a Miguel Campello es uno de los temas más especiales de este álbum y el favorito de la banda. En este, Taburete se acerca el flamenco más puro, creando así una de las canciones más especiales y delicadas de toda su discografía y ellos mismos nos dicen: “Disfrutadla, bailadla, caminad hasta el final y comentad una sevillana si os mola”. Y llegamos al final del baile con ‘La Ranchera de la Niña’, que nos hace viajar hasta México y disfrutarla de principio a fin, como esa niña que todos llevamos dentro y que en muchas ocasiones queremos volver a ser, porque ella vuela mucho más libre que nosotros.
“Recuérdame por lo que supe dar, y no por lo que digan los demás”
Una canción lenta, que entendemos a modo de himno, esto es ‘Roto y Elegante’, con la que Taburete nos vuelve a enamorar. Y es que está llena de frases memorables que todos deberíamos aplicar en nuestra vida. Una de ellas es justo la que reza: “mejor perderme que retroceder”. Y que también, además de dejarnos huella a nosotros mismos, buscan invitarnos a encontrar la manera de que todos nos recuerden y de que nuestro legado perdure en los corazones de aquellos que formaron parte de ese camino que es la vida.
Taburete, gracias por reinventaros, gracias por la ilusión y las ganas puestas en este disco, por consideraros invencibles y no dejar de soñar, por invitarnos al matadero número 5, un matadero de corazones que lloran y gritan cada una de vuestras letras. Ojalá que vuestro legado sea infinito y que vuestras canciones sigan llenando de ritmo nuestras vidas, porque no todo el mundo es capaz de hacernos bailar, reír y saltar de la forma en la que lo lográis vosotros.
¡Que siga la joda!