Un lanzamiento de disco siempre genera grandes dosis de nervios. Pero, cuando tu carrera profesional comienza ligada a un talent show, el tercero debe ser especialmente crítico. No cuenta con la expectación del primero, ni con el empujón que llega al segundo. El tercero es la prueba del algodón. Y Cepeda la ha superado con creces con el estreno de ‘Sempiterno’, que llega cuatro años después de ‘Principios’ (que contó con una potente reedición) y dos después de ‘Con los pies en el suelo’. El artista demuestra a lo largo de sus trece canciones que tiene una identidad muy definida, que hace prácticamente imposible confundirlo o compararlo con otros intérpretes de su mismo género.
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— Luis Cepeda (@cepedaoficial) October 13, 2022
‘Sempiterno’ no pierde la esencia
El viaje comienza con ‘Pastillas rosas’, un tema que deja bien claro que estamos ante un Luis Cepeda que ha vivido mucho desde que nos presentó ‘Esta vez’. Huye de la estructura convencional de estrofa y estribillo, para abrirse de par en par en una composición original sobre dejar ir.
En ‘Otro día más’ nos resulta más familiar. Canta de nuevo al amor. A uno muy particular, porque nace de la tristeza por no poder estar con la persona amada. Sin embargo, no sería justo catalogarla como canción de desamor, pues cada uno de sus versos enseña con tanto mimo qué se siente al querer de verdad, que constituye una declaración de amor de manual.
Cepeda abraza a sus padres en su nuevo disco
Y es que Cepeda es un experto en cantarle al amor. Como tal, sabe que el amor no siempre es hacia una musa, algo que ya ha demostrado que domina. ‘Nené’ es otra declaración de amor, en este caso a su madre, a la que agradece dejarle “ser pequeño toda la vida”. Con un estilo que recuerda a ese pop dosmilero que nos dejó himnos como ‘Peter Pan’, el artista emociona a través de su lado más familiar.
La misma estela sigue ‘Tus aviones’, dedicada a su padre. La calidez y la calidad de la voz que presenta en este tema hace que se sienta como un suave abrazo cargado de orgullo y agradecimiento a quien para él “tiene tanto que enseñar, que desbanca a los sabios y maestros”. Cepeda se define a sí mismo en esta canción como un “niño terco”. Puede que lo sea, ya lo advertía en su single debut: “Si pudiera quedarme callado…”. Años después, no hay duda de que esa perseverancia en defender lo que cree lo convierte en uno de los artistas más honestos del panorama musical.
Siempre fiel a sus principios

Ese compromiso con sus valores, con sus ‘Principios, le ha hecho escribir alegatos musicales sobre las causas que le impulsan, como ya hizo con ‘723’. En esta ocasión, lo plasma en ‘La camisa vieja’, una muestra de repulsa a la sociedad casposa que se opone a los avances sociales por un mundo más libre y justo.
Cepeda no solo nos canta ‘Lo que ven’, sobre todo nos lo cuenta. Lo hace con un susurro que acaricia, gracias a su cuidada producción. Su lado más romántico asoma de nuevo para demostrar una vez más que solo concibe amar a cuerpo descubierto, sin armaduras: “Que nos la sude lo más grande lo que ven”.
‘Sempiterno’ celebra el amor
Puede que estemos ante el disco más nostálgico de su carrera. Es la sensación que llega cuando a sus canciones familiares se suma ‘Super Mario’. Un tema que parece una mirada cariñosa que dirige hacia el Luis de hace décadas. Su base más cañera y la voz, en ocasiones desgarrada, hacen tarea imposible no imaginarse cómo sonará esta canción en directo.
De la tanda de canciones inéditas, es probable que ‘Cibeles’ sea la que más potencial tiene como single. Aúna en un tema los ingredientes principales del éxito de Cepeda: su voz íntima y personal; su capacidad de transmitir sin perder fuerza instrumental; y su maestría a la hora de elegir y ordenar las palabras para dibujar cuentos de amor. Es garantía de que no te vas a sacar el grito de “Nunca te he visto llorar” de la cabeza.
Si ya ‘Cibeles’ recuperaba a ese Cepeda más canalla, que alguna vez se ha dejado ver, ‘Niña pija’ deja claro que es una de sus facetas favoritas. Y de sus fans. ¿A quién no le va a gustar ese tío chulo que se quiere “comer tu corazón de niña pija”? ¿A quién no le va a gustar? Este tema presenta a un Cepeda divertido, que cuenta su experiencia en un mundo que le resulta totalmente ajeno. Es difícil no acompañarle en ese grito de “niña de papá”.
Un disco para una tarde de lluvia o dar saltos en un festival
En el último tramo del disco, aparece la canción que da nombre al álbum. ‘Sempiterno’ es una balada, de estas que son acierto seguro. El artista vuelve a inspirarse en una musa, esta vez su “niña de los ojos negros”, para llorar a las despedidas sin adiós. Cepeda se mueve como pez en el agua en este tipo de composiciones.
Sigue otra balada, ‘Mariposas’, en la que el cantante exhibe el dominio y gusto vocal que ha adquirido con los años. Cuenta con un estribillo pegadizo, que produce una suave sonrisa melancólica en quien lo escuche. Es una de esas canciones que, pese a hacer asomar las lágrimas, transmite la seguridad de un abrazo.
En las dos canciones que cierran el disco, regresa el tono cañero, que forma parte de la esencia del artista desde su anterior álbum. ‘A cualquier parte’ lleva a un amor divertido, de esos que enseñan a volar. Aparecen, casualmente o no, referencias en este tema a compañeros y amigos del cantante, con versos como “de la tierra hasta marte” y “nunca jamás”, que coinciden con títulos de Alfred García e Ivan Herzog.
‘Sempiterno’ termina como acaba una buena noche: con una sonrisa en la cara y pocas ganas de volver a casa. Cepeda invita a darlo todo “hasta que el cuerpo aguante” en ‘Luna’. Dice mucho del artista que aún tenga capacidad de sorprender con sonidos diferentes a los que acostumbra. A modo de recomendación personal: es perfecta para acompañar en los auriculares a un buen paseo.

Grietas que fortalecen
Se ha hecho esperar, pero a pocos meses de cerrar el año, ‘Sempiterno’ destaca como uno de los discos más interesantes del pop español en 2022 y regala un Cepeda más maduro, que parece haberse encontrado a sí mismo. La guinda la pone la imagen elegida para adornar el álbum, que refleja a la perfección el sentido de esta obra. Quizás veamos en el artista algunas grietas, a través de las que deja fluir todo lo que tiene dentro, pero lejos de suponer fragilidad, se mantiene fuerte, a pesar del paso del tiempo. Hace aventurar un camino ligado a la música, que comenzó en su día, pero parece no tener fin, un camino sempiterno.